Fariel era un niño muy inquieto que vivía en una zona semiurbana, nunca llegó a conocer a su madre, fue criado por su tosco padre y por las falencias que conlleva vivir en las periferias. Fariel es un chico muy travieso siempre se mete en algún problema para finalmente recibir las fuertes reprimendas y castigos del padre. Como suele hacer en ocasiones Fariel falta a la escuela para aventurarse al bosque aledaño a su poblado, pasa el día imaginando aventuras trepando árboles y cazando animales…
Imaginando batallas, soñando victorias que lo convierten en héroe de un reino perdido
Pero un día en especial… Todo parecía perfecto en su «pinta»… cuando de pronto se comenzó a nublar y un viento muy fuerte cubrió las veredas de hojas y palos de los arboles al punto de que Fariel no supiera en qué punto del bosque…..
…Se encontraba. Deambulo intentando encontrar algo que lo oriente pero fue en vano solo se adentró más y más en el bosque en sitios que jamás había estado anteriormente. De tanto caminar se encontró con un claro aprovecho el sitio para refugiarse. En medio del claro había una gran roca que tenía su superficie plana. Saco de su mochila algunas galletas y se acurruco de un lado de esa roca mientras esperaba que los vientos se calmen. Después de un tiempo esperando y cuando el clima mejoró. Tomó los binoculares que le había sacado al padre antes de salir. Pero lo espeso del bosque no le permitía ver muy lejos. Trepó sobre la roca para tener una mejor vista. Por suerte logró divisar la antena de radio del pueblo y así supo cómo regresar. Fariel no percató que dejó los binoculares sobre la roca tomó su mochila y se marchó rumbo a su casa…
..Al cabo de varios minutos caminando en lo que él creía que era la dirección de su casa, se percató que no traía los binoculares de su padre (no podía dejarlos pues el hombre le daría tremenda tunda) y volvió sobre sus pasos a buscarlos…
En lo que pensando dar media vuelta y caminar de regreso al claro, no lograba dar con este, sentía que pasaba una y otra vez por el mismo lugar pero no lograba encontrar ni el camino de regreso al pueblo ni el claro para recuperar los binoculares, de pronto…
Se dio cuenta que salió humo de una parte del bosque el sol era intenso… El humo era justo donde él había dejado los binoculares. ..
..Llegando cerca ve que ya había un incendio en ese lugar. El viento y el sol acrecentaban las llamas en su dirección obligándolo a correr por su vida. Que sería ahora de su vida pensaba el pobre Fariel. Sin los binoculares y lejos de casa con su pequeña mochila…
Trato de bordear la zona afectada por el fuego para llegar a la roca por el otro lado y contrario al viento… Después de largo rato intentando consiguió llegar a la roca. El fuego se fue dispersando y ya sólo se veían los restos de arbustos quemados. Sé dirigió directamente a la roca. Subió sobre ella. Pero no había señal de los binoculares. Miró por todas partes. Pero nada. Busco en el suelo, en los alrededores, no había rastro!! La desesperación se apoderó de él, al imaginar lo que le esperaba en casa. Con pasos lentos y resignado por lo que sabía le aguardaba se dirigió a su casa
Miles de formas en las que el padre podría reprimir por actuar y por tomar algo de casa sin su autorización cruzaron por su cabeza… estaba triste por lo que le esperaba pero dispuesto a afrontarlo por lo tanto siguió su avanzar en el sentido donde había visto la antena anteriormente, se volvió a adentrar en el frondoso bosque que con su sonido de silbido por el viento y ya pasada la hora comenzaba a oscurecerse y ponerse tenebroso…
Por fin salió del bosque. Era prácticamente de noche cuando llegó a su casa, su padre lo esperaba en la puerta. Ya debería haber llegado hacía mucho tiempo, y la cara de su padre presagiaba lo peor! Sin mediar palabras lo toma del pelo y lo arrastra dentro de la casa. El niño comienza a pedir perdón y suplicar que ya no lo lastime, pero su padre está ciego de rabia y descarga toda esa furia sobre la pobre humanidad de Fariel, cuando se cansó de golpearlo. Lo envío al cuarto castigado y sin cenar!!
Fariel tuvo un día agitado perdió los binoculares, se perdió en el bosque casi no la cuenta por el fuego. Y finalmente recibió una golpiza del padre debido a sus travesuras. Fariel triste y encerrado en la habitación no comprendía donde quedaron los binoculares sabiendo perfectamente que estaba sobre la roca. Decidió reparar su error toma la linterna de casa, escapó del cuarto aprovechando que el padre estaba borracho mientras miraba la televisión. El bosque de noche no era igual que en el día era muy tenebroso y los ruidos de los animales nocturnos lo atemorizaban, sin embargo la idea de recuperar los binoculares para su padre era la motivación suficiente para volver a adentrarse en el bosque. Con la linterna en la mano se fue haciendo camino hacia el claro. A pesar de las tremendas golpizas y castigos Fariel quería mucho a su padre, a final de cuentas era la única persona con la que contaba su único familiar. Después de mucho andar por fin consigue encontrar el claro y la roca, iluminando con la linterna busca por los alrededores pero es inútil… los binoculares desaparecieron del faz de la tierra. Cansado Fariel se acuesta sobre la roca con las extremidades extendidas mirando el cielo… que contrastando el cielo del día ahora está despejado. Mira las miles de estrellas brillar y estrellas fugaces pasar. Antes de quedar dormido se pregunta si algún día lograra saber que paso con su madre…
Se durmió imaginando a su madre, no la conoció…Pero podía imaginar su rostro, sus ojos, su mirada. Todo!
En ese momento ya dormía profundamente, comenzó a soñar con ella. Su mirada era aún más dulce de lo que había imaginado. Quiso correr a sus brazos pero no podía moverse. Era como si una fuerza lo mantuviera pegado al piso, el gritaba llamándola pero parecía que no lo oía…precisamente en ese momento ella le señala algo, también dice algo que él no logra entender… Pero un fuerte destello de luz lo despierta y se levanta sobresaltado, en ese primer instante no sabía dónde estaba, buscó a su madre y luego se percató que sólo estaba soñando. Recordó que había venido a buscar los binoculares y ya tenía que volver a su casa antes que amanezca y su padre note su ausencia. Busca su linterna. Pero…no está!! Lo comenzó a buscar por todas partes pero no encontró nada. Una vez más fue como si la tierra se lo hubiera tragado!!
Fariel está estupefacto no puede entender como dos objetos se pueden perder de sus narices sin dejar rastros, Y que fue ese fuerte resplandor que lo despertó? y que lo cegó por unos momentos? tendrá algo que ver con los objetos perdidos? no sabe pero de lo que está seguro es que ahora está en grave problemas sin la linterna solo le espera otra paliza por parte del padre… Fariel regresa a casa, su papa duerme sobre el sofá frente al televisor aún. Piensa que tal vez nunca se dé cuenta del faltante de la linterna, pero hay algo que le llama poderosamente la atención, es la roca! es como una piedra mágica que hace desaparecer a todos los objetos que se posan sobre ella. Y sabe que es lo que tiene que hacer para comprobar su teoría. Mañana temprano antes de ir a la escuela va llevar un objeto a la roca pero esta vez se quedara espiando desde algún lugar oculto entre el bosque que es lo que está sucediendo con los objetos perdidos. Ahora se pregunta que puede llevar? piensa en una de sus zapatillas pero se da cuenta que no es conveniente andar descalzo por el bosque. Tiene que ser algo que pase desapercibido en la casa. El control remoto? NO. Las llaves de casa? NO, la fusta? Fariel se pone a pensar cuando su padre se entere que perdió la fusta igualmente recibirá los golpes pero al menos ya no podrá su padre golpearlo con ella. La fusta es el objeto ideal! lo guarda en su mochila y se echa dormir en su cama ansioso por una nueva aventura.
Ni bien amaneció de un salto dejo la cama. Tenía mucha hambre y recordó que no había cenado la noche anterior, buscó algo en la cocina para desayunar pero solo encontró un pedazo de pan duro. Lo cargó en su mochila y salió corriendo al bosque…
Ya en lo que ahora consideraba su lugar favorito. Va y coloca la fusta sobre la piedra, luego corrió hasta unos arbustos y se escondió para esperar algún suceso raro que explique las demás desapariciones…
De repente un fuerte destello de luz casi lo deja ciego y cuando por fin puede recuperar la vista. La piedra estaba vacía, una gran satisfacción lo invadió al ver que tenía razón, esa luz se lleva los objetos que deja sobre la piedra. Y tampoco pudo negar la felicidad que le daba el hecho de que su ingenio lo libró de la fusta!
Cuando regreso a casa lo más campante sin percatarse que su padre lo estaba esperando en la puerta al verlo intentó escapar. Pero para su mala suerte tropezó con sus propios cordones desatados. Su padre lo levantó de una oreja y los arrastró hacia un galpón de donde tomó una manguera y lo azotó con esta reiteradamente al grito «mocoso insolente que es eso de faltar a clases, ¡¿acaso quieres ser un burro y un vagabundo el resto de tu vida!?». El pobre Fariel llegó temblando y adolorido a su habitación luego de la terrible paliza. Desde afuera llegaban las amenazas del padre diciendo que se había dado cuenta del faltante de la linterna y de la fusta. Y que por su propio bien que era mejor que no desaparezca nada más de la casa o el castigo sería más tremendo que él tuvo el día de hoy.
Fariel ya cansado de tanto sufrimiento ya en su habitación devastado piensa en su madre, aquella mujer que vio en sus sueños y que deseaba tener a su lado porque no comprende la actitud de su padre. De repente le viene a su pensamiento aquella piedra mágica (pues así la llamó) piensa que algo bueno le ha de traer porque el destino le permitió llegar a ese lugar. Es así como de nuevo emprende su viaje, aprovechando que su padre comienza a beber. Pero esta vez ese viaje no es para ver ese resplandor que se encarga de desaparecer las cosas, Fariel se dirige con el objetivo de encontrar las respuestas que nadie le ha dado acerca de su madre…
Tenaz y decidido va de nuevo a ese claro… Va en busca una esperanza, va buscando algo sobre su madre. La volverá a soñar? Volverá ella a sus sueños y podrá comprender lo que quería decirle??que fue eso que ella trató de decirle y el no comprendió?? Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras se adentraba cada vez más en el bosque con destino a su claro. A su lugar favorito. A su piedra mágica!!
Pero al llegar allí, habían algunos jóvenes en el sitio así que se escondió a observar hasta que ellos se marcharon al ver que ya no quedaba nadie intento acercarse pero noto que algo dejaron, un objeto olvidado en la piedra y decidió seguir escondido para ver nuevamente el suceso de la desaparición de dicho objeto pero pasaron varios minutos y nada ocurría y empezó a creer que solo ocurría con los objetos que eran de su propiedad y siguió escondido pero nada ocurrió así que fue a recoger el objeto…
El objeto resultó ser un tubo vacío de papas chips… Fariel lo tomó, lo observó, pensó que le podría ser útil para guardar sus canicas… Subió a su piedra mágica y se recostó sobre ella, no podría apartar de su mente a su madre, quería dormir para ver si la volvía a soñar…
Se acostó de nuevo sobre esa roca como aquella vez cerró los ojos y se entregó a los brazos de Morfeo. Sus oídos aun escucha los sonidos del bosque el está manso como pocas veces, su piel puede sentir la suave corriente de viento, por fin puede ver imágenes, son haz de luz que atraviesan las ramas de los árboles, su respiración se torna agitada está corriendo a través del bosque algo maligno lo está persiguiendo no se anima a mirar hacia atrás solo sabe que no debe detenerse y sigue corriendo, su corazón está acelerado, por un momento deja de mirar fijo hacia adelante para mirarse a sí mismo y se percata que no es el, el cuerpo en el que está escapando es el de una mujer… el pelo largo se agita en su cabeza, a veces le tapa la visión y tiene que acomodarlo para seguir con su huida. El camino se abre está en el claro en medio del bosque está muy cansado/a se agacha al lado de la roca mirando el sitio por donde va salir su hostigador. Puede escuchar los pasos entre las ramas, escucha como se acerca como con cada zancada es acompañada por el crujir de las ramas y hojas secas. Ya está aquí algo se asoma entre pequeños arbusto y finalmente puede verlo…su acosador no es más que su mismo padre solo que se ve más joven aunque está igual de borracho que de costumbre. El padre grita «Ester cómo pudiste hacerme esto!?» mientras sacude enérgicamente su cinturón, desde adentro de él puede oír una dulce voz compungida que dice «Para Pedro no es lo que vos crees, escúchame por favor no me lastimes.» pero no hay caso el padre se abalanza hacia el con un brazo en alto y justo en ese momento… el resplandor vuelve a cegarlo y despierta de esa atroz pesadilla… Fariel rompe en llanto por tal sueño se sienta sobre la roca se limpia las lágrimas y marcha a su casa sin darse cuenta que el tubo que encontró ha desaparecido.
Va corriendo. Siente que su pecho le aprieta, se ahoga y no puede parar llorar…se queda una cuadra antes de llegar a su casa. Respira y se seca las lágrimas, intenta verse normal pero no puede. Algo dentro de su corazón le decía que no fue sólo un sueño!! Ahora más que nunca estaba decidido a saber que ocurrió con su madre. Pero su padre jamás se lo diría!
En ese momento recuerda el tubo y se percata que también desapareció…
Ocurrió de nuevo, pensó, donde irían a parar esos objetos, porque desaparecían, esa luz… que sería??? Tantas preguntas abrumaban su corta y difícil existencia…
Luego. Recordó ese sueño tan terrible… Nunca ni en el peor de los castigos que sufrió por parte de su padre sintió tanta angustia como por ese sueño!!! Siguió su camino. Entró en la casa. Su padre dormía su borrachera desparramado sobre la mesa. Junto a una botella vacía y un vaso caído. Lo miro y sintió que un escalofrío le recorrió el cuerpo sólo por verlo, no comprendía lo que le estaba pasando, por último ya en su cuarto una gran tristeza invadía su corazoncito. Estaba muy cansado. Trata de dormir…
Fariel no puede dormir da mil vueltas sobre su cama, decide levantarse para ir a buscar un poco de agua a la cocina, trata de no hacer ruido para no despertar al padre que se encuentra acostado en el sofá avejentado que tienen en casa. Cuando esta por regresar escucha unos lamentos que provienen de su papa, parece que tiene una pesadilla ve como se retuerce sobre sí mismo toca su frente y nota que está hirviendo. Va rápidamente por un paño húmedo para bajarle la temperatura se lo coloca cuidadosamente sobre la frente para no despertarlo. El padre dormido le toma del brazo y le pregunta «Ester sus vos? perdóname amor no quise hacerte daño. No debiste engañarme porque lo hiciste Ester!!?» se puede escuchar delirar al padre. Fariel que queda inmóvil logra zafarse del padre y regresa a su habitación, su mente comienza atar cabos y parece que todo empieza a encajar o al menos es lo que los hechos le hacen parecer. Se pregunta en la cama «Mi padre lastimo a mi madre por eso nos abandonó?». Fariel a pesar de su corta edad se pone como meta conocer más sobre su madre y conocer los hechos porque los abandonó.
Despertó muy temprano, estaba agotado, lleva días sin comer ni dormir bien, pero es un niño fuerte y decidido. Es por eso que fue a visitar a una vieja vecina a quien conoce de toda la vida y estima mucho, Doña Clara suele pasarle un plato de comida calentita y como tiene vacas siempre le pasa un litro de leche por día. Es muy buena, pero nunca le preguntó por su madre. Hoy estaba decidido a hacerlo!
Luego de unos minutos llega a su casa, la ve desde lejos hablando con otra vecina a quien sólo conocía de vista. Trata de acercarse sin ser notado y se refugia detrás de un viejo árbol a un par de metros de ambas mujeres, su idea era evitar ser visto por la otra mujer, y que se lo dijera a su padre. A Doña Clara le pediría y le explicaría su razón pero a la otra no conocía bien…
Pero luego escuchó el nombre de su madre en la conversación de ambas. Le pone toda su atención…
– Sabes, hoy como cada día fui a dejar la leche a Fariel. Lamentable lo de su padre. No pasa un día sin emborracharse, pobre niño, cuanta falta le hace Ester…
– Es verdad, nunca pude entender como siendo tan noble pudo abandonar a su hijo a esa suerte de padre…
– Aquella última noche, cuando trabajamos en esa fiesta el patrón trató de abusar de ella. Como se defendió y con el golpe que le dio, lo dejó casi inconsciente ella pensó que lo mató. Y por eso huyó así como estaba. Seguro no se llevó al niño porque tenía miedo de lo que le esperaba!
– Si es posible Doña Clara…ya me tengo que ir, sólo vine a ver como estaba!!
– Gracias por preocuparse. Nos vemos pronto!
Fariel quedó tieso con toda esa conversación…
Luego de escuchar la conversación de sus vecinas, Fariel no le hizo pregunta alguna a doña clara, le agradeció por la comida caliente y la leche fresca. Regresó a su casa, con el estómago lleno y la fuerza necesaria para enfrentar a su padre y preguntarle sobre su madre. El padre estaba sentado en la mesa comiendo una polenta desde la olla e invitó a su hijo a acompañarlo. Fariel se sentó pero le dijo que no tenía hambre. Ya que estaba de buenas el niño intento sacarle conversación de otros temas, «Pa, recordás ese día que sacamos esos Sábalos del río?» -«jajaja si como olvidarlo si por intentar desengancharlo te caíste de jeta en la ribera y cuando lograste salir parecías un bagre con tanto barro y juncos en la cara ajaja» carcajeaba desaforado el padre, Fariel acompañaba las risas. «Y vos cuando intentaste cocinarlos, los metiste enteros a la parrilla, al final las escamas estaban quemadas y por dentro seguía crudo?», -«Jajaja hijo sabes que la cocina no es mi fuerte» Los hombres de la casa se reían repasando sus anécdotas con los Sábalos, hasta que Fariel hizo un comentario que silenció el sitio, el inocente comentario fue «Seguro que mamá sabría cómo cocinarlos». El padre miraba fijamente a Fariel, se limpió la boca con una servilleta de papel. Se incorporó sobre sus pies como imponiendo su tamaño mayor a su hijo. -«A qué viene esa pregunta Fariel?» le dijo en tono desafiante, «por nada padre solo piensa que si mi madre no los hubiese abandonado seguramente tendríamos buenos platos de comida» esas palabra enfurecieron al padre «Fariel a tu madre no le importo nada ella decidió abandonarnos y eso es todo. Y no quiero hablar nunca más de ella entendiste?» Sentenció el padre. Fariel sabía que si decía una palabra más e iba a recibir su castigo, sin embargo tomó valor y respondió. «Pero padre tal vez tuvo un motivo mayor para irse, tal vez no esté esperando en otro sitio…» no pudo seguir con sus palabras cuando el padre iracundo de un salto lo tomó del cuello y lo aventó contra la pared. Pobre Fariel ese día recibió la peor paliza de todas, recibió tanto castigo sin ningún miramiento que apenas se podía incorporar de pie para llegar a su habitación y así lograr desvanecerse en su cama. Y su suplicio aun no terminaba el padre gritaba y vocifera como un loco. «Escúchame muy bien! tu madre está muerta nunca más la volveremos a ver, entendiste! tu madre me engaño con otro hombre se burló de mí, encima de todo intento justificarse con historias absurdas! tu madre no respeto nuestro hogar, y la mate! si yo la mate! Escucha bien hijo yo la amaba más que nadie pero lo que hizo fue imperdonable, la perseguí por el bosque a la desgraciada y cuando logre alcanzar en medio de un claro la golpee con todas mis fuerzas, cayo y se golpeó con una roca y nunca más despertó! no quise matarla pero así sucedió hijo! así lo quiso dios!» esas fueron las últimas palabras del padre antes de refugiarse de nuevo en el alcohol. Fariel que por fin conoció toda la historia dio un último respiro profundo y se desmayó. Se despertó en medio de la noche por su ventana entraba la fuerte luz de la luna. La casa estaba silenciosa y calma. Se levantó sin ningún dolor como que el dormirse le hubiesen curados todas las heridas. Podía caminar sin problemas sus piernas estaban sanas no tenía ni un solo moretón se dirigió a la puerta esta vez no miró hacia atrás, salió de su casa y se internó en medio de los bosque, camino entre los árboles no había ni un poco de viento y ningún animal haciendo ruidos perturbando esa hermosa noche. Fariel caminaba pero se sentía flotar sus piernas no le pesaban, los árboles que estaban dañados por el incendio ahora desbordan de vida. Cuando llegó al claro podía observar el cielo nocturno iluminar todo el sitio, la luz de la luna se reflejaba sobre la cima de esa gran roca. Fariel se acercó a ella pensó en su madre que nunca llegó a conocer se acostó boca arriba extendió sus extremidades, desde el cielo descendió un resplandor y se posó sobre la humanidad de Fariel, la roca se iluminó tan fuertemente que podía ser observado incluso desde el poblado. Cuando los últimos rayos luminosos se desvanecieron de la roca, sobre ella no quedó nada, como con los objetos anteriores, Fariel ha desaparecido.
Al día siguiente en su casa la policía local detuvo a su padre por presunto homicidio agravado por el vínculo, en esa vieja casilla de las afueras de la ciudad fue encontrado el cuerpo de un pequeño niño de entre 10 y 11 años, el cual tenía varios traumatismos por consecuencia de fuerte golpes que había recibido. Bajo su almohada fue hallado los siguientes objetos: Una fusta para caballos, una linterna, unos binoculares y un recipiente de papas fritas el cual contenía unas canicas en su interior.
FIN
Autores:
Beatriz Leiva
Karo Karolina
Carlos Capetillo
Gabriela Medina
Juan Marcelo Dávila
Astrid Elena Arboleda
Silvina Mariela Schmidt
David Alexander Nuñez Contreras